Aquí tenéis una muestra de las poesías de Suko.
Que las disfrutéis.
Tengo suerte, mucha suerte
de que en mis ojos habite la primavera
y en el corazón, un dulce otoño.
Siempre que me pierdo entre el ruido,
o que me construyo un férreo laberinto,
me reencuentro con atardeceres
malvas, ocres y amarilla hojarasca.
Me visto y me abrigo con versos
suspendidos en el aire.
Me reflejo tranquila
en el té de media tarde,
mientras al otro lado de la ventana,
la vida discurre sin tregua
como el río que, de manera inexorable,
desemboca en el mar.
A veces, sin que yo lo sospeche,
el cielo llora por mí.
Algún tiempo después, lo descubro
al caminar más ligera y más etérea.
No digo nada. No es necesario.
Sonrío, y el sol, entre cómplice y tímido,
con suavidad besa mi mejilla,
como dos viejos amigos de la infancia,
que han resistido mil tormentas.
Para ti Paula
(Poesía inspirada en Paula de Isabel Allende)
El sueño eterno te enreda y te enreda,
bajo sus sábanas de terciopelo negro.
La blancura marmórea de tu piel,
desgarra mi encarnado y ajado corazón.
Mi llanto ahogado recorre
hasta el más recóndito
anhelo de mi alma.
La tristeza de saberte
perdida para siempre
me inunda de amarga espera.
Vivo soñando con tu cálida sonrisa,
con la dulce caricia de tu voz,
con la luz de tus ojos
que disipa las tinieblas
de mi propia existencia.
Y viviré soñando,
hasta que el sueño eterno,
me enrede a mí también
en sus sábanas de terciopelo negro,
y despertemos, juntas para siempre,
en la memoria infinita del recuerdo.
El cisne blanco
(Basada en la adaptación que hace la película “El cisne negro” de “El lago de los cisnes”
Un delicado cisne blanco
de cuello infinito
y movimientos gráciles,
embellece la quietud cristalina
de las aguas mansas.
Su turbio reflejo perfila
una lejana y perfecta
silueta de mujer.
Su garganta ahogada,
sedienta de amor,
susurra anhelos
de otros tiempos
y de otro cuerpo.
Sólo el amor duradero,
la conquista sin tregua,
un beso fresco y sabroso
cargado de pasión,
despojará de sus bellas plumas
al delicado cisne blanco.
Pero ella bien sabe
que no será posible.
Que su Sombra Negra
será más rápida y fuerte,
y ella, y sólo ella,
será quien de amor le embriague.
El sabor de la amistad
Nunca es tarde para retomar viejas amistades, fortalecer las presentes y estar abiertos a las venideras.
Cuando la pruebas por primera vez,
es todo un misterio
para un paladar aburrido
acostumbrado a etiquetas impuestas.
Su sabor es único, intenso, dulce,
es fresco como la lluvia en primavera
teñida con tintes de inocencia.
Es un sabor que deja profundas huellas
imborrables,
rastros valiosos de existencia,
de la tuya, de la mía.
Es un sabor que evoca otros tiempos,
otros cuerpos, otros pensamientos, otros sueños
que adheridos a la piel
vagan y vagan
de un confín a otro,
hasta ser nuevamente descubiertos,
disfrutados y saboreados
como esa única e irrepetible
primera vez.
Bajo el calor de un nuevo día
El calor de un nuevo día
golpea fuertemente mi ventana,
atraviesa los cristales,
me acaricia, y con exquisita suavidad
me despierta.
Me empuja, me da la mano
y me acompaña hasta las cálidas
arenas de la playa,
donde la brisa cristalina
de un nuevo día
me susurra dulces palabras
de esperanza
y borra con esmero
las viejas huellas del pasado.
Bajo el calor de un nuevo día
despierta un nuevo presente
sin pasado, sin futuro.
Nace un nuevo yo.
Las dos caras de la noche
Fundidos en un cálido abrazo
damos la espalda
a la fría noche,
a la incertidumbre del mañana,
a la añoranza del ayer,
a la oscuridad absoluta
morada de almas errantes
de laberínticos sueños inconclusos.
Fundidos en un cálido abrazo
entreabrimos la puerta
a la quietud de la noche,
al silencio creativo
que inspira al bohemio
y adormece al corriente,
a las caricias siempre pospuestas
y a los ardientes besos.
Fundidos en un cálido abrazo,
amanecemos en el hoy,
olvidamos el ayer,
y ansiamos el mañana.